Pocas cosas son más emblemáticas de la experiencia americana que las vacaciones de verano. Tanto para los niños como para los adultos, evocan sentimientos de nostalgia, anticipación y felicidad desenfrenada. Casi todo el mundo se acuerda de un viaje familiar en coche a su camping favorito, a un motel de playa o a una joya local escondida en la carretera menos transitada. A pesar de los días lluviosos y de las discusiones con los hermanos, la gente recuerda sus destinos de verano con una sensación de encanto, recordando la aventura, la historia y la belleza que les esperaba, a la vuelta de la esquina.

Al pensar en la colección de viajes más codiciados de una sociedad, existen muchos paralelismos entre los deseos de entonces y los de ahora. El atractivo del tiempo bien invertido con la familia y los amigos cercanos perdura: disfrutar de la simple comodidad de un lugar familiar, de largos paseos en bicicleta, de la relajación, de la conexión con la naturaleza y, por supuesto, de los cañonazos en la piscina.

Considere los resultados recientes de un estudio realizado por la publicación nacional de viajes online Fifty Grande. De los más de 450 viajeros encuestados; El 25% está planeando un viaje para ver a la familia, mientras que el 24% usa los viajes para relajarse y el 22% dedica su tiempo a viajar por carretera. Además, los parques nacionales y las montañas son los lugares más populares para visitar, seguido de cerca por las playas.

La industria hotelera no solo está en camino de experimentar un gran aumento en el crecimiento de los ingresos nacionales debido a la popularidad de las vacaciones cerca de casa, sino que los envíos de vehículos recreativos también han aumentado un 75,9% desde mayo de 2020, ya que la sociedad sigue siendo cautelosa con los viajes en avión. Además, las estadías de fin de semana están ganando más tracción, lo que permite el disfrute de piscinas estilo resort y juegos acuáticos junto con comodidades de spa sin romper por completo el banco. Este renacimiento de las «vacaciones en casa» y las «minivacaciones» obligará a los anfitriones de hotelería a realizar cambios operativos que atraigan la nueva demanda y mantengan la lealtad de los huéspedes a través de una variedad de experiencias al aire libre, paseos remotos y programas para apoyar las comunidades locales.